martes, 21 de octubre de 2014

Revista Adiós Cultural nº 106 Mayo - Junio
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VOCES, MUJERES, LEYES, FOBIAS, ALIENÍGENAS Y MITOS, PRIMAVERA DE CINE

Mujeres sin voz, ocultas por su ley y mujeres sin voz, ocultas por su propia voluntad para las que la muerte de la hermana, en el primer caso, y de la madre, en el segundo, supone un punto de inflexión al verse obligadas a hablar y a hacerse ver por el mundo para no ahogarse en su propio grito. Ambos casos se nos cuentan en Llenar el vacío de Ramas Burshtein (2012) y en Todos están muertos de Beatriz Sanchís (2014). Las voces y la muerte también están presentes en Tu voz entre otras mil, Antonio Vega, de Paloma Concejero (2013), imágenes para los recuerdos de Vega contados por sí mismo y por las voces de quienes lo conocieron de cerca, y en Al filo de la mañana de Doung Liman (2013), la voz de un hombre que, desde más allá del tiempo y de la vida, guía al planeta para salvarlo de un invasor letal.

Sustituir a la hermana muerta o amar desde lo impuesto

Ramas Burshtein no es la única directora de cine jaredí, pero sí es una de las pocas que ha podido rodar una película, Llenar el vacío (2012), dirigida no solo a público femenino y en la que mujeres y hombres pueden compartir planos y escenas, sin embargo no ha desobedecido la halajá, la ley judía, primero porque los actores son laicos, es decir, ninguna de las mujeres que salen en la película ha violado la ley, segundo, porque la visión de esta judía ortodoxa, conversa por amor, si bien deja ver por dentro el mundo jaredí con sus exigencias, sus desigualdades y su jerarquía, no dista mucho de lo que la ley judía defiende. La diferencia entre Ramas y sus protagonistas no es el papel asumido más o menos voluntariamente dentro de la comunidad judía, si no que Ramas se ha educado fuera de ese mundo cerrado, en la necesidad de contar, de expresar sus ideas, de hacer oír su voz, mientras las mujeres jaredíes, a las que se les prohíbe cantar, han de canalizar sus emociones tocando instrumentos, como Shira, la protagonista de la historia.

Un grupo de casamenteras, como es la costumbre, se encuentra en pleno proceso de búsqueda de prometido para Shira, una chica jarení de 18 años que espera ilusionada la llegada de un joven yeshiva como futuro esposo, cuando muere su hermana mayor en el parto de su primer hijo. Esta muerte, además del dolor que, de modo natural, conlleva para toda la familia, va a suponer para Shira el fin de sus planes de búsqueda de prometido y el enfrentarse a un requerimiento familiar. Dado que las autoridades religiosas darán al joven viudo poco margen para rehacer su vida y dar una madre al bebé, la madre de Shira, temiendo perder la relación con su nieta pide a su hija que acepte por esposo al viudo de su hermana, un hombre poco comunicativo y serio, 10 años mayor que ella. Shira deberá debatirse entre vivir su propio amor o asumir el de su hermana. Comenzar a amar y a hacerse amar a través de su hermana, hasta vivir la historia de amor en su propio nombre.

Ramas Burshtein, que ha asegurado no haber pretendido realizar ningún análisis político ni religioso con esta visión introspectiva del mundo jaredí, obtuvo en Venecia un éxito rotundo consiguiendo el Premio especial del público en 2012 además del premio para Hadas Yaron (Shira) como mejor actriz, galardones que se suman a 7 premios Ophir. Junto a Hadas Yaron, Hila Feldman en el papel de la madre y un soberbio Yiftach Klein como viudo.

Mil voces para una voz

En el documental Tu voz entre otras mil, Antonio Vega, será la propia voz del protagonista la que permita al espectador conocer la faceta más íntima del mítico personaje de los 80, integrante de los Nacha Pop, de quien el público solo conocía su talante bohemio, taciturno y depresivo. La periodista, Paloma Concejero, que con este su primer largometraje fue preseleccionada para los Goya 2014 en seis categorías sin que, finalmente, optará a ninguno de los premios, se apoya en imágenes del archivo de TVE y en imágenes inéditas, rodadas en súper 8 por amigos y familiares de Antonio Vega, para ilustrar una selección de opiniones y reflexiones que el artista compartiera durante 1000 horas de conversaciones con su amigo, el escritor Juan Bosco Usía, autor de la biografía, Antonio Vega: Mis cuatro estaciones (Lunwerg, 2010). El documental se completa con las apariciones y testimonios de amigos, familiares y compañeros del cantante.

El día de la marmota

Tom Cruise y Emily Blunt protagonizan la última película de Doung Liman, Al filo de la mañana (2013), una aventura similar a la que viviera Bill Murray en Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993), salvo que Cruise no se enfrenta a una marmota resabiada que predice el tiempo si no a un ejército invasor de mímiros, civilización alienígena que acabaría con el planeta y con la raza humana si el teniente coronel Bill Cage (Cruise) no tuviera la oportunidad de vivir cada día su actuación en la batalla, aprendiendo del enemigo y de sus errores, hasta dejar de ser soldado para ser una arma letal capaz de dirigir los ejércitos del mundo unidos contra el salvaje enemigo.

La película es una adaptación de la novela homónina del autor japonés Hiroshi Sakurazaka, se enmarca en el género de historias de personas “escogidas” para dejar de ser corrientes y disfrutar de un número de oportunidades ilimitadas hasta que llega el momento de poder hacer lo correcto. Con un grado más cercano al héroe griego que el personaje de Murray, gracias a la concedida medio inmortalidad, Bill Cage deberá morir cada mañana al comenzar la batalla hasta que consiga cambiar el destino de la humanidad. Morir para continuar vivo.

La muerte anunciada y la posibilidad de “arreglar” asuntos

Beatriz Sanchís salta al mundo del largometraje con Todos están muertos (2013), cinta con la que ha tenido una estupenda acogida en el festival de Málaga. Otra mujer con la voz apagada, otra muerte que cambia de un modo radical la vida de los seres cercanos. Lupe (Elene Anaya) es una mujer que padece de agorafobia desde la muerte de su hermano, con el que compartía formación musical en los 80, “Groelandia”. Sin comunicarse con el exterior, vive con su madre, Paquita, (Angélica Aragón) de nacionalidad mejicana, y con su hijo, Pancho, de 14 años.

Cuando Paquita, supersticiosa y generosa, se entera de que padece una enfermedad terminal, decidirá resolver sus asuntos, entre ellos, ayudar a su hija a incorporarse al mundo de nuevo, antes de que ella tenga que abandonarlo. Para ello, no dudará en acudir a todos sus conocimientos de la vida y de la muerte, haciendo incluso regresar del más allá al hijo fallecido.

IV Festival de cortometrajes VisualízaMe, Audiovisual & Mujer

Del 26 al 29 del próximo mes de junio se celebra en Madrid, en la sala Siluro Concept (Barrio de las Letras) la IV edición de VisualízaMe, Audiovisual & Mujer que organiza fundación Inquietarte. Este festival de cortometrajes es el único, de los celebrados en España, que cuenta entre con un premio para trabajos audiovisuales que reflexionen sobre la muerte, el Premio Especial Funespaña, uno de los temas que, cada vez con más asiduidad, suelen abordar las jóvenes realizadoras que participan en el festival.

El Premio Especial Funespaña, que se sumó a los premios de VisualízaMe en la pasada tercera edición, con una dotación de 500 €, fue para Ojos que no ven (Natalia Mateo, 2013), una muestra de la actitud “española” ante la muerte, apoyada en una de las joyas de nuestro refranero “Ojos que no ven, corazón que no siente”. El plazo de admisión de trabajos para la cuarta edición continúa abierto hasta el próximo 7 de junio. (Consultar bases en www.inquietarte.es)
 

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